Interno, el primer restaurante del mundo en una cárcel de mujeres

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XLsemanal 09 06 19

Han traficado, asesinado, robado… Ahora estas reclusas atienden a la exclusiva clientela del restaurante Interno, un local de moda en Cartagena (Colombia) que se encuentra dentro de la cárcel de mujeres. Así es el experimento. Por Jan Christoph Wiechmann

Durante la noche tiene lugar un encuentro nada habitual en un rincón de la ciudad vieja de Cartagena de Indias (Colombia). Ejecutivos, artistas y turistas aguardan frente a un muro. Todos lucen trajes caros. Y todos tienen un único objetivo: entrar. Entrar en esta cárcel de mujeres.

Al otro lado de la puerta de acero, las que aguardan son terroristas, asesinas y extorsionadoras juzgadas y condenadas. Todas ellas van vestidas con el mismo uniforme negro. Y todas tienen un único objetivo: salir. Salir a la vida.

Un guardia abre la puerta a las siete en punto de la tarde. Ante las reclusas aparece fugaz un atisbo de libertad. La puerta queda abierta de par en par. El salto a la libertad se encuentra a solo tres metros. Pero ninguna de las internas salta. Para los invitados, lo que se abre nada más entrar es un atisbo de barrotes pintados de blanco, de sujetadores desteñidos y rollizos cuerpos femeninos con poca piel libre de cicatrices y tatuajes. Así es la realidad en el interior de la cárcel de mujeres de San Diego.